Los 7 Hábitos de la gente Altamente Efectiva

Al finalizar mi carrera universitaria como psicólogo, me recomendaron este libro y, ahora, os lo recomiendo yo encarecidamente.
No se trata de copiar estos siete hábitos, sino entender la filosofía de vida y de ver el mundo de otra forma.
Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva son:
- Ser proactivo
- Empezar con un fin en mente
- Establecer Primero lo Primero
- Pensar en Ganar-Ganar
- Primero comprender y luego ser comprendido
- Aumentar la sinergia
- Afilar la Sierra
Más adelante explicaremos más en detalle los 7 hábitos que Stephen Covey propone para ser más altamente efectivos (que no eficaces ni eficientes), pero ahora voy a resaltar algunas de las consideraciones del libro que a mi, personalmente, me han parecido muy interesantes:
Para hacer frente al miedo y a la inseguridad, la gente busca la independencia, cuando la clave es la interdependencia, establecer redes de trabajo para superar obstáculos.
El auténtico mantra del éxito es la sostenibilidad y el crecimiento, y no el ahora, ya, rápido, lo quiero para ayer.
Hemos de ser lo suficientemente humildes para aceptar que nosotros tenemos la culpa y lo suficientemente valientes para tomar todas las iniciativas que sean necesarias para afrontar creativamente la solución a esos retos.
No caer en la desesperanza, no dejarnos vencer por el determinismo, ya que nos abandonamos a la resignación y a la parálisis. La respuesta de nuestra cultura es la de reducir las expectativas en la vida para que nada ni nadie te defraude, pero el principio contrario de crecimiento y esperanza es la de que Yo soy la fuerza creativa de mi vida.
Es importante establecer una percepción clara de las principales prioridades y buscarlas y perseguirlas con integridad.
Las mayores oportunidades y las mayores conquistas de la era del trabajador del conocimiento están reservadas a cuantos dominen el arte del nosotros. La verdadera grandeza se logrará gracias a la mente desbordante que trabaja desinteresadamente, con respeto mutuo, para beneficio mutuo.
La influencia empieza cuando otros sienten que usted se abre a la influencia de ellos (cuando se sienten comprendidos por usted), cuando sienten que ha escuchado con atención y sinceridad, y que está abierto.
El principio de influencia está regido por la mutua comprensión que nace del compromiso de al menos una persona de escuchar en primer lugar profundamente.
Para resolver conflictos debidos a las diferencias, hay que desarrollar el principio de cooperación creativa para hallar soluciones mejores que las ideas iniciales de una y otra parte.
Ética de la personalidad (desarrollo de la personalidad, habilidades para la comunicación, estrategias de influencia y pensamiento positivo) como beneficios pero de rasgos secundarios. Cuanto al experimento de la joven y vieja en la misma imagen, extraemos que tratar de cambiar nuestras actitudes y conductas es prácticamente inútil a largo plazo si no examinamos los paradigmas básicos de los que surgen esas actitudes y conductas.
Cuando trato de usar estrategias de influencia y tácticas para conseguir que los otros hagan lo que yo quiero, que trabajen mejor, que se sientan más motivados, que yo les agrade y se gusten entre ellos, nunca podré tener éxito a largo plazo si mi carácter es fundamentalmente imperfecto, y está marcado por la duplicidad y la falta de sinceridad. Mi multiplicidad alimentará la desconfianza, y todo lo que yo haga se percibirá como manipulador. No importa que la retórica o las intenciones sean buenas; si no hay confianza o hay muy poca faltarán las bases para el éxito permanente. Solamente una bondad básica puede dar vida a la técnica.
Es el carácter lo que se comunica con la mayor elocuencia.
Lo que somos puede transmitirse con una elocuencia mucho mayor que cualquier cosa que digamos o hagamos.
Antes de cambiar de paradigma (modelo, teoría, percepción, supuesto, marco de referencia) y afianzar los que propone los <<siete hábitos>> hay que entender nuestros propios paradigmas y saber cómo realizar un cambio de paradigma.
Como ejemplo, tenemos el paradigma como un mapa. Si nos dan un mapa equivocado para llegar a una ciudad, por mucho empeño (esfuerzo) y actitud positiva, no estaremos en el lugar al que queríamos llegar. Si tenemos el mapa correcto, entonces el empeño y una actitud positiva ayudarán a llegar a nuestro objetivo. Estos mapas (supuestos básicos) se pueden clasificar en: cómo son las cosas (realidad) y cómo tendrían que ser (valores).
Estos supuestos dan origen a nuestras actitudes y a nuestra conducta. El modo en que vemos las cosas es la fuente del modo en que pensamos y del modo en que actuamos.
Hay que recordar que cada persona mira a través del cristal de su experiencia.
Trabajemos sobre los paradigmas de los que fluyen la actitud y la conducta.
Los paradigmas son inseparables del carácter. Ser es ver en la dimensión humana, y lo que vemos está altamente interrelacionado con lo que somos. No podemos llegar muy lejos en la modificación de nuestro modo de ver sin cambiar simultáneamente nuestro ser, y viceversa.
Los principios son directrices para la conducta humana que han demostrado tener un valor duradero, permanente.
Cómo podremos recordar nuestra ignorancia, si continuamente usamos nuestros conocimientos?
Nuestro enfoque de la efectividad personal e interpersonal se centra en principios y se basa en el carácter; es de adentro hacia afuera. Es una espiral ascendente de crecimiento que conduce a formas progresivamente superiores de independencia responsable e interdependencia efectiva.
Los <<hábitos>> definidos:
Definiremos el hábito como una intersección de conocimiento (qué hacer y el por qué), capacidad (cómo hacer) y deseo (motivación).
En el continuum de la madurez, la dependencia es el paradigma del tú; tu cuidas de mi; tu haces o no haces lo que debes hacer por mí; yo te culpo a ti por los resultados.
La independencia es el paradigma del yo: yo puedo hacerlo, yo soy responsable, yo me baso a mí mismo, yo puedo elegir.
La interdependencia es el paradigma del nosotros: nosotros podemos hacerlo, nosotros podemos cooperar, nosotros podemos combinar nuestros talentos y aptitudes para crear juntos algo más importante.
La efectividad reside en el equilibrio, en lo que se denomina el equilibrio P/CP. P es la producción de los resultados deseados, los “huevos de oro”. CP es la capacidad de producción, la aptitud o el medio que produce los huevos de oro (anécdota de la gallina que producía huevos de oro).
Nuestro bien económico más importante es nuestra capacidad de ganar dinero.
Y, ahora sí, ¡vamos allá!
#1 Sea proactivo
Empezar con la metacognición, la cual nos distingue de los animales. Al tomar conciencia de nuestros pensamientos podremos empezar a tomar conciencia de si lo que creemos está basado en principios de realidad o condicionamientos y condiciones.
El reflejo de los actuales paradigmas sociales nos dice que estamos en gran medida determinados por el condicionamiento y por ciertas condiciones. Aunque hayamos reconocido el tremendo poder del condicionamiento en nuestra vida, decir que estamos determinados por él, que no tenemos ningún control sobre esa influencia, genera un mapa totalmente distinto.
Entre el estímulo y la respuesta, el ser humano tiene la libertad interior de elegir. La libertad empieza con la autoconciencia (conciencia de uno mismo), imaginación (ir más allá de la realidad), conciencia moral (principios y la harmonía de nuestra conducta con estos principios) y voluntad independiente (capacidad para actuar sobre nuestra autoconciencia, libres de cualquier otra influencia).
Ser proactivo no significa sólo tomar la iniciativa, sinó también significa que, como seres humanos, somos responsables de nuestra propia vida. Nuestra conducta se rige por nuestras decisiones, y no por nuestras condiciones. La conducta es un producto de su propia elección consciente.
La capacidad para subordinar los impulsos a los valores es la esencia de la persona proactiva.
Lo que nos daña, mucho más que lo que nos sucede, es nuestro permiso, nuestro consentimiento a lo que nos sucede.
Victor frankl sostiene que hay tres valores fundamentales en la vida: la experiencia (lo que nos sucede), la creación (lo que aportamos a la existencia) y la actitud (nuestra respuesta en circunstancias difíciles).
Tomar la iniciativa significa reconocer la responsabilidad de hacer que las cosas sucedan.
Tomar la iniciativa para resolver los problemas de la gente, y no ser el problema.
Hay que utilizar las R e I, recursos e iniciativas.
Un serio problema del lenguaje reactivo es que se convierte en una profecía de autocumplimiento. Refuerza el paradigma de que estamos determinados y genera pruebas de apoyo de esa creencia. La gente se siente cada vez más impotente y privada de su autocontrol, alejada de su vida y de su destino. Culpa a fuerzas externas de su propia situación.
Se pueden establecer dos círculos, el de influencia y el de preocupación. Se distinguen dos situaciones, aquellas que nos preocupan y aquellas sobre las que podemos influir. Si tratamos las que nos preocupan, ello nos generará frustración, rabia… si en cambio actuamos sobre aquellas que podemos influir, generará cambios en el círculo de circunstancias que preocupan.
Hay tres tipos de controles, el control directo (involucran nuestra propia conducta), indirecto (involucran la conducta de otras personas) e inexistente (problemas que no podemos hacer nada). Los problemas de control directo se resuelven trabajando sobre nuestros hábitos. Los problemas de control indirecto se resuelven cambiando nuestros métodos de influencia. Los problemas de la inexistencia de control suponen asumir la responsabilidad de modificar nuestras actitudes (sonreir, aceptar los problemas…).
Independientemente del tipo de problema que se nos plantee, está en nuestras manos dar el primer paso hacia la solución.
Un modo de determinar cuál es nuestro círculo de preocupación consiste en distinguir los tener y los ser. El círculo de preocupación está lleno de tener (me sentiré contento cuando tenga casa propia, si tuviera un jefe que no fuera un dictador…). El círculo de influencia está lleno de ser: puedo ser más paciente, más sensato, ser cariñoso. El foco está en el carácter.
El enfoque proactivo consiste en cambiar de adentro hacia afuera: ser distinto, y de esta manera provocar un cambio positivo en lo que está allí afuera: puedo ser más ingenioso, más diligente, más creativo, más cooperativo.
Si bien somos libres para elegir nuestras acciones, no lo somos para elegir las consecuencias de esas acciones. Están fuera del círculo de influencia, en el círculo de preocupación.
Cuanto a los arrepentimientos, hemos de comprender que los errores pasados están en el círculo de preocupación. No podemos revocarlos, no podemos anularlos, no podemos controlar las consecuencias.
#2 Empezar con un fin en mente
Empezar con un fin en mente significa comenzar con una clara comprensión de su destino. Significa saber adónde se está yendo, de modo que se pueda comprender mejor dónde se está, y dar siempre los pasos adecuados en la dirección correcta.
Si la escalera no está apoyada en la pared correcta, cada paso que demos no hará más que acercarnos antes al lugar erróneo. Podemos estar muy atareados, podemos ser muy eficientes, pero sólo seremos también verdaderamente efectivos cuando empecemos con un fin en mente.
Este hábito se basa en el principio de que todas las cosas se crean dos veces. Siempre hay primero una creación mental, y luego una creación física.
La administración se centra en el límite inferior: cómo puedo hacer mejor ciertas cosas. El liderazgo aborda el límite superior: cuáles son las cosas que quiero realizar. Administrar es hacer las cosas bien, liderar es hacer las cosas correctas. La administración busca la eficiencia en el ascenso por la escalera del éxito. El liderazgo determina si la escalera está o no apoyada en el lugar correcto.
No hay duda de que a menudo los padres están atrapados en el paradigma de la administración, y piensan más en el control, la eficiencia y las reglas que en el avance, el propósito y los sentimientos de la familia.
Las personas no pueden vivir en el cambio si en su interior no persiste un núcleo invariable. La clave de la capacidad para cambiar es una idea constante de lo que uno es, de lo que persigue y de lo que valora.
Cuando trabajamos en el centro mismo de nuestro círculo de influencia, lo ampliamos. Ése es el trabajo CP de mayor peso, que incluye significativamente en la efectividad de todos los aspectos de nuestra vida.
Si se presta atención al desarrollo del propio ser dentro de la perspectiva más amplia del perfeccionamiento de la capacidad para servir, producir y realizar contribuciones de modo significativo, entonces se establece un contexto para el fortalecimiento espectacular de los cuatro factores que sustentan la vida.
Al centrar nuestra vida en principios correctos, creamos una base sólida para el desarrollo de los cuatro factores sustentadores de la vida: seguridad, guía, sabiduría y poder.
#3 Establecer Primero lo Primero
El tercer hábito es la segunda creación, la creación física. Es la realización, la actualización, la aparición natural del primero y el segundo hábito. Es el ejercicio de la voluntad independiente que pasa a ser centrado en principios. Es la puesta en práctica incesante, momento a momento.
El grado en que hemos desarrollado nuestra voluntad independiente en la vida cotidiana se mide por nuestra integridad personal. Fundamentalmente, la integridad es el valor que nos asignamos a nosotros mismos. Es nuestra capacidad para comprometernos a mantener los compromisos con nosotros mismos, de hacer lo que decimos. Es respetarse a uno mismo, una parte fundamental de la ética del carácter, la esencia del desarrollo proactivo.
La persona de éxito tiene el hábito de hacer las cosas que a quienes fracasan no les gusta hacer. No necesariamente le gusta hacerlas, pero su disgusto está subordinado a la fuerza de sus propósitos.
Como dijo Peter Drucker, las personas efectivas no se orientan hacia los problemas, sino hacia las oportunidades. Alimentan las oportunidades y dejan morir la inanición a los problemas. Piensan preventivamente. Tienen auténticas crisis y emergencias del cuadrante I que requieren su atención inmediata, pero su número es comparativamente pequeño. Mantienen P y CP en equilibrio, al centrarse en las actividades importantes, pero no urgentes, del cuadrante II, que tienen un alto poder para generar capacidad.
Lo que supone decir No. Es preciso decidir cuáles son las prioridades más altas, y tener el valor de decir No a otras cosas, con buena educación, sonriendo, y sin dar excusas. Y para hacerlo hay que tener un Sí más grande ardiendo adentro. A menudo lo bueno es enemigo de lo mejor.
Logramos todo lo que hacemos por medio de la delegación: en el tiempo o en otras personas. Si delegamos en el tiempo, pensamos en términos de eficiencia. Si delegamos en otras personas, pensamos en términos de efectividad.
La delegación en encargados se centra en los resultados y no en los métodos. Permite a las personas elegir sus métodos y las hace responsables de los resultados. Al principio lleva más tiempo, pero se trata de tiempo bien invertido. Uno puede trasladar el punto de apoyo y aumentar su potencia, mediante la delegación en encargados.
Victoria Pública
El verdadero autorrespeto proviene del dominio de sí, de la verdadera independencia. Y ése es el objetivo del primero, segundo y tercer hábitos. La independencia es un logro. La interdependencia sólo está al alcance de gente independiente.
El ingrediente más importante de toda relación no es lo que decimos o hacemos, sino lo que somos. Y si nuestras palabras y acciones derivan de técnicas superficiales de relaciones humanas (la ética de la personalidad) y no de nuestro núcleo interior (la ética del carácter), los otros sentirán esa duplicidad. Sencillamente, no podremos crear y sustentar la base necesaria para la interdependencia efectiva.
La cuenta bancaria emocional se basa en comprender al individuo, prestar atención a las pequeñas cosas, aclarar las expectativas, mantener los compromisos, demostrar integridad personal, disculparse sinceramente cuando realiza un reintegro.
Los padres consideran los problemas de los hijos como oportunidades para construir la relación, y no como causa de una irritación negativa y molesta, cambia totalmente el carácter de la interacción padre-hijo.
#4 Pensar en Ganar-Ganar
Es una estructura de la mente y el corazón que constantemente procura el beneficio mutuo en todas las interacciones humanas. Ganar ganar significa que los acuerdos o soluciones son mutuamente benéficos, mutuamente satisfactorios. Con una solución de ganar ganar todas las partes se sienten bien por la decisión que se tome, y se comprometen con el plan de acción. Ganar ganar ve la vida como un escenario cooperativo, no competitivo. La mayoría de las personas tiende a pensar en términos de dicotomías: fuerte o débil, rudo o suave, ganar o perder. Pero este tipo de pensamiento es fundamentalmente defectuoso. Se basa en el poder y la posición, y no en principio. Ganar ganar, en cambio, se basa en el paradigma de que hay mucho para todos, de que el éxito de una persona no se logra a expensas o excluyendo el éxito de los otros. No se trata de tu éxito o el mío, sino de un éxito mejor de un camino superior.
Ganar/ganar o no hay trato: no hay trato significa que, si no podemos encontrar una solución que beneficie a ambas partes, coincidiremos en disentir de común acuerdo: no hay trato. Esta filosofía proporciona una tremenda libertad emocional en las relaciones familiares.
El principio de ganar/ganar es fundamental para el éxito en todas nuestras interacciones, y abarca cinco dimensiones interdependientes de la vida. Empieza con el carácter, y a través de las relaciones fluye en acuerdos. Se cultiva en un ambiente en el que la estructura y los sistemas se basan en ganar/ganar. Y supone un proceso; no podemos ganar fines ganar/ganar con medios gano/pierdes o pierdo/ganas.
El carácter es la base del paradigma ganar/ganar. Lo conforman la integridad (valor que nos atribuimos nosotros mismos), la madurez (equilibrio entre coraje y respeto) y mentalidad de abundancia.
#5 Primero comprender y luego ser comprendido
Es el principio más importante en el campo de las relaciones interpersonales. Este principio es la clave de la comunicación interpersonal efectiva.
Escucha empática: procurar primero comprender supone un cambio de paradigma muy profundo. Lo típico es que primero procuremos ser comprendidos. La mayor parte de las personas no escuchan con la intención de comprender, sino para contestar. Están hablando o preparándose para hablar. Lo filtran todo a través de sus propios paradigmas, leen su autobiografía en las vidas de las otras personas. Cuando uno procura auténticamente comprender, al parafrasear el contenido y reflejar el sentimiento proporciona aire psicológico.
Y con la escucha empática, como uno realmente escucha, acabad dejándose influir. Y dejarse influir es la clave para influir en los otros. El círculo de influencia empieza a expandirse. Uno acrecienta su capacidad para influir en muchas de las cosas del círculo de preocupación.
#6 Aumentar la sinergia
La sinergia es la esencia del liderazgo transformador. Es la esencia de la paternidad transformadora. Cataliza, unifica y libera las más grandes energías del interior de la persona. Todos los hábitos que hemos examinado nos preparan para crear el milagro de la sinergia.
Simplemente definida, significa que el todo es más que la suma de sus partes. Significa que la relación de las partes entre sí es una parte en y por sí misma. Y no sólo una parte, sino la más catalizadora, la que genera más poder, la más unificadora y la más estimulante.
La sinergia es casi como si un grupo estuviera de acuerdo colectivamente en subordinar viejos guiones y redactar uno nuevo. Es la efectividad en una realidad interdependiente: es formación del equipo, es trabajo de equipo, desarrollo de la unidad y la creatividad con otros seres humanos.
Sinergia y comunicación: a mayor confianza y cooperación, mayor comunicación sinérgica (ganar/ganar), niveles moderados comunicación respetuosa (transacción) y niveles bajos de confianza y cooperación nivel de comunicación defensivo (gano/pierdes o pierdo/ganas).
Valorando diferencias: la valoración de las diferencias es la esencia de la sinergia. Y la clave para valorar esas diferencias consiste en comprender que todas las personas ven el mundo no como es, sino como son ellas mismas.
Enfrentados a dos alternativas (la nuestra y la errónea) podemos buscar una tercera alternativa sinérgica. Casi siempre existe esa tercera alternativa: si la buscamos como una filosofía ganar/ganar y realmente procuramos comprender, por lo general hallamos una solución mejor para todos los interesados.
#7 Afilar la Sierra
El séptimo hábito es CP personal. Significa preservar y realzar el mayor bien que usted posee: usted mismo. Significa renovar las cuatro dimensiones de su naturaleza: la física, la espiritual, la mental y la social/emocional.
A nivel físico: ejercicio, nutrición, control del estrés
A nivel emocional/social: servicio, empatía, sinergia, seguridad intrínseca
A nivel espiritual: clarificación de los valores, compromiso con los valores, estudio y meditación
A nivel mental: leer, visualizar, planificar, escribir
Conclusión
Después de este breve resumen del libro de los 7 hábitos de la gente altamente efectiva, espero que os sirva como guía acerca de qué estrategias de afrontamiento soléis utilizar, cuáles os han hecho reflexionar y si pudierais elegir una de ellas, ¿con cuál os quedarías? (En mi caso, el Ganar-Ganar).
Un saludo!
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